Según un estudio publicado en febrero de 2023 por el consorcio de investigación Future Forum, los trabajadores de diferentes países están agotados. Más del 40% de las personas que trabajan en oficinas se sienten fatigadas, lo que representa un incremento en relación al período más agudo de la pandemia. Más de 10 mil trabajadores fueron entrevistados en Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Australia, Alemania y Francia. Después de la pandemia de Covid-19, se vió un aumento en las discusiones sobre salud mental en entornos corporativos. Este debate permitió identificar más casos de burnout, trastorno que afectó al 38% de las 15 mil personas escuchadas en una encuesta realizada por la empresa de recursos humanos LHH, del Grupo Adecco, a lo largo de 2021.
El burnout es una enfermedad ocupacional provocada por el agotamiento mental y físico provocado por situaciones agotadoras y estresantes derivadas del entorno profesional, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Algunos síntomas del síndrome pueden asemejarse a la depresión y el estrés, sin embargo, el burnout presenta condiciones específicas que afectan a la persona en relación con su trabajo. Una de esas situaciones se define por la sobrecarga física y mental, cuando el profesional se siente fracasado y sin fuerzas para seguir adelante. A esto le siguen etapas de despersonalización y apatía en el ambiente laboral, a medida que la persona se vuelve distante, fría e indiferente a las relaciones laborales. El tercer y último estado, en cambio, se caracteriza por una disminución de la realización personal, lo que se traduce en un sentimiento de incapacidad. En este nivel, el profesional cree que su trabajo no hace ninguna diferencia.
Con el aumento de las discusiones sobre salud mental y la evolución de los casos de burnout, también crece la responsabilidad de las empresas de adoptar medidas prácticas para combatir el síndrome. La salud mental no debe ser sólo una preocupación de los profesionales o sus familias, sino que debe formar parte de las iniciativas de gestión y bienestar de las personas de las organizaciones.
Promover un ambiente corporativo con transparencia en la toma de decisiones, carga de trabajo adecuada y metas alcanzables son requisitos previos para garantizar el bienestar físico y mental de los trabajadores. Además de crear un ambiente de trabajo más saludable, es importante que las empresas promuevan acciones para incentivar a sus empleados a cuidar su bienestar físico y psicológico. Las ruedas de conversación y las conferencias sobre el tema son iniciativas que contribuyen a una mayor conciencia sobre las causas y los síntomas del burnout. Otra opción es ofrecer asistencia psicológica al empleado y sus dependientes. El autoconocimiento es clave para prevenir no solo el desgaste profesional, sino también la depresión y la ansiedad.
En el aspecto profesional, tener una relación sana con el trabajo, de manera que la carrera sea parte de la vida y no la totalidad de ella; tener la percepción de que las actividades realizadas se ajustan a los valores personales y morales y que el trabajo realizado tiene un impacto en la sociedad también contribuyen a reducir las posibilidades de sufrir burnout.
Actuar con empatía, observar el estado físico y mental de nuestros colaboradores, ponernos a disposición para realizar cambios y brindar apoyo, si es necesario, pueden parecer pequeños actos, pero contribuyen a construir un ambiente de trabajo saludable, con más armonía y respeto, relaciones menos susceptibles a la propagación de enfermedades ocupacionales y psicológicas.
La práctica del bienestar es una agenda necesaria y debe ser aplicada en las empresas. El costo de la sobrecarga de trabajo y la falta de interés en la actividad es alto no solo para el empleado y la organización, sino también para la sociedad. Buscar alternativas que contribuyan a construir un ambiente de trabajo saludable y sustentable es urgente y debe ser parte de la estrategia de gestión de las empresas.
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Fuente: Novozymes
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