La petroquímica Profertil (50% YPF, 50% la canadiense Nutrien) avanza con una inversión de u$s1.500 M para duplicar la capacidad instalada de su planta de urea en Bahía Blanca. “La adjudicación de la obra sigue estando pendiente, pero ya estamos desembolsando u$s69 M para definir la ingeniería de obra”, deslizaron fuentes cercanas a la conducción de la compañía, y fueron más allá con otra novedad de gran interés para los santafesinos: “Ya prevemos desarrollar un nuevo polo en Rosario porque el consumo de fertilizantes se concentra en esta región del país, y será factible hacerlo con el gas de Vaca Muerta. El segundo tramo del gasoducto arrancará en la bonaerense Salliqueló y terminará en la santafesina San Jerónimo".

El proyecto petroquímico para el sur arrancó en 2019 y se demoró en medio de la pandemia y por falta de gas, -que es la materia prima-, pero recuperó velocidad a partir de la demanda creciente de fertilizantes agrícolas y los problemas logísticos internacionales que complican el abastecimiento de mercaderías a largas distancias. La urea que la Argentina no llega a producir para abastecer el mercado interno se importa básicamente desde China, y una empresa del país asiático -Shaanxi Coal Group- acaba de anunciar un desembolso de u$s1.200 M para desarrollar una planta de urea en Tierra del Fuego, calentando el rubro.

Tres años atrás Profertil avanzó con una licitación que no se terminó de adjudicar, pero en el medio también apareció una inquietud ambientalista destinada a reducir la huella de dióxido de carbono en las emanaciones de la empresa. En principio se trataba de una inversión por u$s1.200 M, que ahora se extendería a u$s1.500. Techint junto a la italiana Saipem ya están apostados para quedarse con esa licitación. El último avance en la materia es que se están desembolsando u$s69 M para completar el estudio de la ingeniería final que tendrán las nuevas instalaciones.

La idea es adjudicar la obra a fin de año o primeros meses de 2023, que las nuevas instalaciones se activen para 2026. Con esta ampliación, Profertil aspira a duplicar la capacidad instalada de la planta, que hoy produce 1,4 millones de toneladas anuales de urea. Una vez concretado, será el primer gran proyecto petroquímico en el país en casi 20 años y generará unos 1.500 empleos directos e indirectos. Un 70% será destinado al mercado local y el resto para la exportación.

Pero los planes de Profertil van más allá de Bahía Blanca. Es que atendiendo a que la demanda de fertilizantes no para de crecer, ya empezaron a planificar el Proyecto Rosario. Los canadienses tienen un terreno en Timbúes que compraron en los 90 para desarrollar allí el polo que terminó radicándose en Bahía Blanca, un capítulo que merece ser contado por cuerda separada. Pero la mitad del terreno se afectó a la construcción del centro de distribución regional de la compañía, por lo que si el proyecto queda plasmado en la realidad requerirán de otra superficie con acceso al río.

Existe un paso previo para que el proyecto pueda cristalizar: la construcción del gasoducto de Vaca Muerta. Se trata de una iniciativa que el gobierno nacional mantuvo planchada durante los dos primeros años de gestión, pero ahora recobró fuerza al calor de la crisis gasífera.

Un primer tramo ya licitado se extiende sobre 558 kilómetros, entre Tratayén (Neuquén) con Salliqueló y aumentará el suministro de gas en 22 millones de metros cúbicos por día. La segunda etapa -que se desarrollará por concesión- llevará el gas natural hasta San Jerónimo y sumará otros 17 millones de metros cúbicos diarios.