La división de Soluciones para la Agricultura de BASF
inauguró un nuevo Centro de Desarrollo Tecnológico en la localidad de Rojas,
Provincia de Buenos Aires. En ese contexto, Ámbito conversó con Andrés Monroy,
director general de BASF para Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia.
La inversión totalizó 188 millones de pesos y permitirá a la
compañía cumplir con los más altos estándares en medidas de bioseguridad para
la investigación y el desarrollo de semillas y fitosanitarios.
¿Qué mirada tiene
BASF como empresa global acerca del negocio agrícola en la Argentina?
La empresa lleva 70 años en este país, por lo tanto hemos
vivido muchas etapas. Nuestra idea aquí siempre ha sido crecer. Éste es un país
que a través de distintos ciclos productivos y económicos, siempre nos ha
ofrecido la oportunidad de crecer. Nosotros estamos en muchísimas industrias,
donde el agro es una de las fundamentales, entonces cuando alguna actividad
económica tiene dificultades, al mismo tiempo otras están mejorando, por lo
tanto esa es una de las ventajas que tiene la empresa. La diversidad de
productos industriales en los que tenemos presencia nos ha permitido mantener
un determinado nivel y gracias a las innovaciones, seguir creciendo. Esa es
nuestra idea y lo que hicimos en Rojas es una muestra de lo que estamos
haciendo en todas nuestras fábricas.
¿Qué impacto tiene la
guerra en dos negocios clave para la BASF, como la alimentación y la energía?
Partamos de la base de que veníamos de dos años muy
complicados por el covid-19, que ha generado complicaciones en la cadena de
suministro y aún no hemos visto que eso se haya solucionado. Ahora tenemos un
contexto de guerra y en este sentido es claro el impacto en el gas y el
petróleo, materias primas que multiplicaron su precio por 3 o 4 veces y eso ha
generado un mayor costo de nuestros productos. Por otro lado tenemos no sólo
mayor costo sino menos acceso a los productos porque las cadenas productivas no
se han normalizado y allí es donde más estamos siendo afectados.
¿Cree que esto pueda
ocasionar un problema de seguridad alimentaria en el mundo?
Esto es algo que lo estamos viendo cada vez más y más en las
noticias en función de lo que ocurre entre Rusia y Ucrania. Entre ellos
representan el 30% del trigo a nivel global y tienen un rol clave en la
generación de los fertilizantes, que se han multiplicado por 6 o 7 veces. Esto
está impactando en el bolsillo de los agricultores y eso va a pasar al de los
consumidores. Hoy no lo vemos pero tenemos que evaluar qué ocurre si la guerra
continúa. También vemos que es una oportunidad para la Argentina, porque este
lugar ha sido denominado “el granero del mundo”: tenemos el espacio, los
climas, el conocimiento y la innovación por eso creo que es una gran
oportunidad para la Argentina. Lo que es desafortunado para una parte del mundo
puede llegar a ser una oportunidad para la Argentina. A corto plazo no veo que
podamos llegar a una crisis pero tampoco lo podemos descartar.
¿Cómo evalúa la
presencia de BASF durante esos 70 años?
Si analizamos nuestra presencia en el país con una mirada a
largo plazo, éste ha sido un país muy positivo para BASF. Hemos podido crecer
con nuevos productos que ha creado la compañía y que hemos podido introducir en
la Argentina. El agro es clave a nivel global, es un área muy importante y este
es un país agrícola y más allá de lo agrícola también estamos muy bien
posicionados en la industria automotriz que está creciendo después de dos años
difíciles. También la industria de la alimentación, la farmacológica, pero en
definitiva lo más importante para nosotros son nuestros clientes y Argentina
tiene un tamaño importante de población que necesita de nuestros productos.
¿Tienen planificadas
otras inversiones en la Argentina?
Todos los años estamos invirtiendo en nuestras plantas para
mantenerlas. Son pequeñas inversiones que nos permiten traer fácilmente un
producto que quizá se hace en Brasil o en Alemania. No diría que vayamos a
tener una nueva planta química inmensa porque tampoco da el mercado local. La
compañía es muy clara en que hay inversiones de cierto tamaño que se hacen
donde el mercado puede absorberlas. Tenemos que recordar que al lado tenemos a
Brasil, que tiene plantas muy grandes con las que se cubre parte de la demanda
que tenemos en Argentina, pero sí estamos convencidos que vamos a seguir en el
país, creciendo y agrandando nuestra huella.
Fuente:
ámbito.com
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