Pandemia. Doble indemnización. Prohibición de despidos. Firma de retiros voluntarios. Y, con el alivio en la situación sanitaria, salida gradual del esquema del pago agravado por indemnización. El mercado laboral en la Argentina necesitó en los últimos tiempos adaptase a nuevas reglas de juego. En ese contexto, las firmas dedicadas a dar outplacement dicen que en los meses más recientes se dio un crecimiento de las contrataciones de ese servicio, que existe ya hace varios años. El objetivo de la práctica es dar herramientas para que las personas que perdieron su puesto puedan reinsertarse laboralmente.
Mariana Castrelos, directora de Transiciones de Carrera y Desarrollo del Talento de Cono Sur de la firma Wall Chase explica que se trata de un entrenamiento metodológico, “en el cual la persona puede identificar su perfil psicológico y laboral y las competencias con las que cuenta para armar un plan de acción a la hora de buscar otra vez trabajo”. Y agrega: “Este proceso tiene un enfoque integral y abarca el aspecto psicoemocional”.
Según datos de la consultora Wall Chase, en el segundo semestre de 2021 el outplacement creció un 70% respecto del primero. “Por las medidas que se tomaron durante la pandemia, hubo más firmas de retiros voluntarios. Entonces, muchas empresas decidieron otorgarles este beneficio a las personas que se retiraban bajo esa modalidad. Hubo una necesidad acentuada de pedir acompañamiento, no solo por parte de los profesionales, sino también por parte de las industrias, que contemplaron que estar fuera de mercado en una situación tan compleja ameritaba contratar el servicio”, sostiene Castrelos.
Un relevamiento realizado por Wall Chase entre 310 personas en los últimos dos años mostró que el 70% de los individuos “en transición de carrera” corresponde a una franja etaria de entre 35 y 49 años. Y el 30% tiene entre 50 y 60 años.
El 60% optó por pasar a una tarea como emprendedor. El resto eligió continuar con un trabajo en relación de dependencia.
“Un posible análisis que explica este panorama es que la pandemia y el entrecruzamiento de factores sociales, económicos y psicológicos determinaron nuevas formas de entender la búsqueda de empleo. El trabajo empezó a ocupar un lugar que indefectiblemente debe estar atravesado por el bienestar emocional. No solo se busca un medio para vivir o un lugar de pertenencia; también, que el hacer cotidiano tenga un propósito. Se trata de generar un equilibrio entre la vida laboral y profesional. Se revalorizó el concepto de tiempo. Hoy la búsqueda de empleo está vinculada a los valores y a los objetivos de cada uno”, dice Castrelos.
Fuente: LA NACION
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