El teletrabajo se convirtió en la norma para gran parte de la
población que realizaba tareas de oficina en la Argentina. Algunas firmas lo
hicieron mejor o más rápido que otras, pero en todos los casos generó
diferentes impactos en los trabajadores.
De acuerdo un trabajo llevado a cabo por la Universidad del
CEMA, siguiendo una iniciativa impulsada por la escuela de negocios EADA de
España y bajo la dirección académica del profesor Fernando Troilo, especialista
en recursos humanos, se basó en entrevistas online a 871 argentinos mayores de
18 años que teletrabajan en Argentina.
Entre los resultados, se destaca que el 32% nunca hacía
teletrabajado antes, en tanto que un 62% lo había hecho sólo algunos días a la
semana o en ocasiones especiales. Apenas del 6% de los encuestados había hecho
home office más de tres días a la semana.
Con respecto la jornada laboral, el 48% admite trabajar más
de 8 horas diarias, un fenómeno que crece entre los mandos medios y directivos,
y en entre personas de 41 a 55 años, con 2 horas en promedio fuera del horario
regular.
En este sentido, 52% de las personas sienten tener problemas
para separar los tiempos personales y laborales, especialmente las mujeres y
aquellos que tienen niños o adultos mayores a su cuidado.
Además, el 87% se percibe a sí mismos con las habilidades
requeridas para su puesto, aunque el estudio detectó algunas barreras
percibidas al trabajar desde los hogares. Las interrupciones familiares es el
principal inconveniente según las personas que teletrabajan, seguido por las
condiciones de conectividad y los espacios físicos inadecuados.
Qué piensan de las empresas
El estudio de la UCEMA remarca que el 59% de las personas
percibe que la organización para la cual trabaja le facilita las herramientas
necesarias para hacerlo, mientras que el 20% se muestra en desacuerdo y un 21%
mantiene una mirada neutral.
Aproximadamente la mitad de las personas participantes del
estudio entienden que sus relaciones tanto con pares o compañeros como con sus
jefes no ha empeorado desde la situación de teletrabajo ocasionada por la
pandemia. Y la mayoría cree tener en claro sus objetivos y poder progresar para
alcanzarlos.
Más de la mitad de los participantes (61%) no se sienten más
cómodos o permanecen neutrales al comparar la situación actual de teletrabajo
con sus lugares y modos tradicionales, mientras que el 49% restante percibe mayor
comodidad con la modalidad de home office.
Por último, al 84% de los entrevistados le gustaría que sus
organizaciones implementaran opciones de trabajo remoto en el futuro, cuestión
que resaltan quienes se encuentran en las franjas etarias entre 26 y 40 años y
entre 41 y 55 años.
Por otra parte, el 92% acuerda en preferir modos que no sean
100% teletrabajo o presencial, sino que conserven la posibilidad de optar por
combinar algunos días de trabajo desde sus hogares con otros desde las oficinas
tradicionales o en modalidad de coworking.
"Para asegurar una modalidad efectiva y con impacto
positivo en el nivel de compromiso de los colaboradores es imprescindible
incorporar a las personas en el diseño de las experiencias de teletrabajo,
desde una perspectiva que ponga en el centro las necesidades e intereses
propios de los colaboradores de cada organización en particular", señaló
Troilo, quien lideró la investigación.
El experto también advierte que "al momento de decidir incorporar el teletrabajo a largo plazo, ya sea como nueva modalidad o ampliando sus alcances, se deben tener en cuenta varios aspectos como el acompañamiento de las personas para que aprendan a establecer rutinas, acordar pautas de trabajo en sus equipos y establecer momentos de transición entre la actividad laboral y familiar".