El jueves 6 de agosto, se llevó a
cabo una nueva edición de LIDE Debate. En esta oportunidad se abordó el tema
Nuevos Escenarios: Rol y Liderazgo de las Universidades. Desafíos y
oportunidades de formar para un futuro diferente.
Rodolfo de Felipe, Presidente de LIDE Argentina, dio inicio al
evento poniendo en contexto el tema convocante: “Hoy hablaremos sobre el rol y
liderazgo de las universidades. La pandemia está haciendo temblar a las
empresas y también a las instituciones educativas, esas convulsiones, pueden
ser previas a un nacimiento o previas a una desaparición. Ello dependerá de
nosotros y de la capacidad que tengamos de adaptarnos a los cambios”.
“Estamos obligados a repensar
nuestros procesos a toda velocidad, y para guiarnos en semejante tarea hoy nos
acompañan José Lominchar, consultor
y conferencista internacional; María
Belén Mendé, rectora de Universidad Siglo 21; Edgardo Zablotsky; rector de Universidad del CEMA; Andrés Agres; rector de Instituto
Tecnológico de Buenos Aires; Juan José
Cruces; rector de Universidad Torcuato Di Tella; y Lucas Grosman, rector de Universidad de San Andrés, con la
moderación de Rodolfo De Vincenzi,
rector de la Universidad Abierta Interamericana y presidente del Consejo de
Rectores de Universidades Privadas”.
OPORTUNIDADES Y AMENAZAS
José Lominchar fue el encargado de aportar la mirada global del
tema explicando qué papel tienen las universidades en esta nueva realidad.
“Este es un momento de oportunidad
o de amenaza, con un mayor porcentaje de probabilidades de amenaza que de
oportunidad”.
“Oportunidad en el sentido de que
la solicitud de posgrados en universidades virtuales se ha incrementado en un
35 por ciento, mientras que las instituciones sólo presenciales no tienen la
matrícula cubierta”.
“La gran amenaza de las
universidades virtuales es la gran competencia que va existir, hoy ya existen
algunas que son capaces de titular alumnos en cualquier parte del mundo; además
se corre el riesgo de la proliferación de títulos on line de calidad media o
media baja”.
“Hoy, a la lucha por eliminar el
tópico de que la formación universitaria y la inserción al mercado laboral no
se complementan de la mejor manera, se añade un elemento más: el COVID-19, que
dejando de lado las cuestiones sanitarias, ha venido a ser un acelerador, un
gran catalizador, ya que en cuatro meses de confinamiento la
digitalización se adelantó cinco años”.
“Las universidades que tenían un
mayor soporte digital han evolucionado más rápidamente con la incorporación del
Big data, la IA e Internet de las cosas. El modelo futuro -sin dudas- es un
modelo semipresencial”.
“La vinculación entre el ámbito
académico y el corporativo, laboral y social puede lograrse con la creación de
equipos mixtos formados por docentes y personal de empresas”, remarcó.
RESPUESTAS ANTE UN ESCENARIO COMPLEJO
Rodolfo De Vincenzi, rector de la
Universidad Abierta Interamericana y presidente del Consejo de Rectores de
Universidades Privadas, tuvo a su cargo la moderación del panel conformado por
los rectores de cinco de las universidades privadas más prestigiosas del país,
y como concepto disparador del debate expresó: “Las universidades son agentes
de cambios de la sociedad y deben contribuir a la sostenibilidad de la misma, y
no resulta sostenible cuando la mitad de la población activa debe sostener a la
otra mitad de la sociedad”.
“La pandemia ha agravado los
síntomas de esa desigualdad y nos ha expuesto a dar respuestas ante un
escenario complejo y altamente demandante, por lo que es necesario un mayor
diálogo e interacción entre las universidades y las empresas”.
EL FUTURO ES HOY
María Belén Mendé basó su
presentación en cuatro conceptos que han sido centrales en este tiempo y se
aceleraron durante los meses de la pandemia.
1. Rediseño
del sector. La pandemia generó una velocidad de cambio impresionante, millones
de estudiantes y docentes alrededor del planeta tuvieron que adaptarse
rápidamente al mundo tecnológico. A esa velocidad de cambio se suma una
explosión en la inversión en el área educativa. Además se genera un debate
sobre la legitimidad de la virtualidad. A partir de los años 60 comienza a
“aceptarse” la educación a distancia, no carente de prejuicios entre la
virtualidad y calidad de educación, aspecto que ya no se discute. Por otro
lado, hasta no hace mucho tiempo, el rol del rector era prácticamente
honorífico, de representación, ese concepto hoy ha cambiado y quienes lideramos
instituciones educativas tenemos la indelegable tarea de lograr un dinamismo
que luego transmitiremos en las aulas.
2. La experiencia del estudiante. Este ítem incluye la necesidad de que los alumnos
piensen digitalmente, la incorporación de nuevos modelos educativos/didácticos,
y una mayor flexibilidad y capacidad de adaptación. La presentación de las
llamadas “carreras del futuro” se ha acelerado y hoy debemos adecuarnos a esas nuevas profesiones que ya no son “del
futuro”, sino del presente.
3. Tecnología,
educación y ciencia. Es fundamental un involucramiento de las universidades en
el ambiente empresarial, principalmente en las empresas de triple impacto y la
industria 4.0. Muchas instituciones trabajamos con modelos predictivos que
incluyen el Big Data y la IA, preparando a nuestros alumnos para un presente
demandante. Todas las universidades estamos realizando un gran esfuerzo para
atender a la coyuntura, y debemos estar más complementados y menos competitivos
para responder a las demandas de un mundo cada vez más desafiante.
4. Educación
positiva. Es fundamental promover desde la universidad ecosistemas de
bienestar, es necesario unir esta visión tecnológica en una formación integral
de las personas, y es aquí donde aparecen conceptos como la tecnoempatía, es
decir, formar digitalmente, pero acercándonos humanamente.
5. Glocalización. Este punto hace referencia al hecho de pensar globalmente y actuar localmente en la formación de nuestros alumnos.
Y finalizó: “Estos cinco aspectos
tienen el desafío de ecualizar la equidad; la etapa que se nos presenta por
delante como instituciones es poder identificar oportunidades, dejar se surfear
en la superficie para bucear en lo profundo, ir al fondo, la raíz de las bases
de la educación para tener un mundo más equitativo”.
DEL CINE MUDO AL CINE HABLADO
Edgardo Zablotsky decidió centrar su exposición en tres aspectos
aprendidos en los últimos cuatro meses:
El gradualismo no sirve en ningún ámbito de la vida
“En marzo decidimos suspender el
inicio de clases dos semanas para adaptarnos rápidamente a una realidad que iba
a pasar por la virtualidad y comenzamos las clases el 1 de abril. Lo más
difícil no fue la tecnología, sino las personas. Muchos profesores debieron
adaptarse rápidamente a este nuevo escenario.
El final de la historia nos cuenta
que estos últimos cuatro meses hemos funcionado de manera virtual sin
problemas.
Básicamente la adaptación del
sistema educativo argentino ha sido muy eficiente, cada universidad en la
medida de sus posibilidades, pero la adaptación fue notable”.
Más información es mejor que menos
“El 11 de marzo les informamos a
los alumnos que iniciaríamos las clases
el 1 de abril y que no habría vacaciones de invierno para compensar esas
dos semanas de retraso. La respuesta fue óptima. Eso demuestra que cuando se
habla con claridad y certeza, el apoyo surge espontáneamente porque se
entienden las razones que hay detrás de las decisiones tomadas”.
El rol de la universidad en esta nueva realidad no ha cambiado
“La idea de ir hacia un mundo más
tecnológico está presente desde hace muchos años, la pandemia aceleró drásticamente
ese proceso, pero nada ha cambiado en el sentido de que el cambio tecnológico
es un instrumento, pero vivimos en una contexto donde debemos preparar a
nuestros graduados para insertarse en la realidad propia de la Argentina y
deben pensar el mundo de una determinada óptica. Desde ese punto de vista cada
universidad tiene sus características propias, pero nada ha cambiado salvo el
medio por el que se dictan las clases”.
Y completó su presentación con una
ilustración muy clara: “Esto ha sido como pasar del cine mudo al cine hablado,
y ya no se puede volver hacia atrás”.
LA PANDEMIA COMO CATALIZADOR
Andrés Agres compartió cuatro grandes cambios que son válidos tanto
para las universidades, como para la sociedad y cualquier organización:
1. “No
hay futuro sin una visión. En este sentido cito una metáfora que explica el
concepto: Un marinero borracho cuando camina avanza, retrocede y va hacia los
lados, por lo que la máxima distancia que puede recorrer es poca. Pero si a ese
marinero le indicamos dónde hay un bar podrá llegar más lejos, porque tiene una
visión a la cual perseguir.
2. “Las
universidades no pueden sobrevivir sin una misión y valores que deben estar
encarnados en todos los docentes investigadores y cuerpo directivo. En el ITBA
no hizo falta mucho para que todo el cuerpo docente se adapte a la virtualidad
sin ceder prestigio ni calidad de enseñanza, no hizo falta explicarlo porque
ese concepto ya estaba arraigado en cada uno de nosotros. La efectividad de una
organización depende su misión y sus valores”.
3. “La
capacidad de adaptabilidad de la organización se lo atribuyo a la tecnología.
La universidad venía transformándose digitalmente desde hace cinco años, y no
sólo incorporaba una nueva plataforma de enseñanza, sino en todos los aspectos
de la institución se hizo lo mismo, por lo que la virtualidad llegó en forma
natural. La pandemia fue un catalizador, lo que planeamos para cinco años lo
hicimos en cuatro meses”.
4. “La
recreación de ecosistemas que permitan tener resiliencia ante las crisis, la
generación de colaboración, y no sólo entre universidades. Como ejemplo puedo
citar un ecosistema colaborativo que formamos junto a Mirgor y Toyota para la
fabricación de soportes respiratorios para utilizar en pacientes que lo
requieran”.
UNA CLASE DE EDUCACIÓN NO FORMAL
“El COVID-19 ha logrado una transformación digital que algunos pudieron prever, pero la enseñanza principal es una constancia de aprendizaje no formal. Solemos enseñar cosas que están en los libros pero la reacción ante una situación de shock no está en ningún libro, y la reacción de la universidad frente a la pandemia fue una gran clase de educación no formal que les brindamos a nuestros alumnos”, comenzó diciendo Juan José Cruces.
“No todo lo que trajo el COVID es malo, también nos está dejando algunas cosas buenas, a pesar de la segmentación social que se puso en evidencia, ya que esto podemos hacerlo con un sector que tiene acceso a la conectividad”, y detalló los tres pilares de la virtualización que utilizó la Universidad Torcuato Di Tella:
• Zoom como herramienta para el dictado
las clases, con la ventaja que las mismas se pueden grabar y guardar.
• Potenciación del Campus Virtual
utilizándolo como un repositorio de documentos y archivos.
• Vimeo se constituyó en un archivo de videos de clases grabadas y de otro videos suplementarios que utilizan los docentes en sus clases.
“Vivimos en un mundo de contratos incompletos; el contrato con los estudiantes no decía qué hacer en caso de pandemia, pero las universidades proveen un seguro implícito para las personas y sus familias”.
“Hay muchos aspectos de las
relaciones humanos que no se pueden plasmar en un contrato, y crisis como la
que estamos viviendo ponen de manifiesto nuestra verdadera esencia, muestran
quienes somos en realidad”, concluyó.
MÁS VIRTUALES Y MÁS PRESENCIALES
Lucas Grosman se centró en un aspecto diferente de la relación entre la pandemia y la reacción de las universidades, el rector se situó en el año 2021 “cuando la crisis -convengamos- quedará superada”.
Y afirmó: “Si queremos ser mejores en 2021 vamos a tener que ser más virtuales y más presenciales”.
“Más virtuales porque todos nos dimos cuenta que la virtualidad complementa muy bien las clases presenciales e incluir en ellas diferentes mecanismos que la enriquezcan viene de la mano de la virtualidad”.
“Mas presenciales porque la universidad es una experiencia mucho más amplia que lo que se dicta dentro del aula, y en 2021 vamos a tener que potenciar todo lo que pasa fuera del aula y esa potencia está brindada por la presencialidad”.
“Mas virtualidad para complementar
las clases presenciales y más presencialidad de alta intensidad. Si queremos
que el 2021 sea mejor que el 2019 ese es el camino que vamos a tener que
seguir”, aseguró.
Este evento fue posible gracias al patrocinio master de Gympass.
Gracias Logitech y CLAVES, proveedores oficiales de LIDE Argentina.
Agradecemos el valioso apoyo institucional brindado por CRUP (Consejo de Rectores de Universidades Privadas), Instituto Tecnológico de Buenos Aires, Universidad Abierta Interamericana, Universidad del CEMA, Universidad de San Andrés, Universidad Torcuato Di Tella y Universidad Siglo 21.
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