La consultora Rabobank emitió un informe en el que analiza cómo la producción de carne de cerdo puede llegar a reducir su huella de carbono en un 22% de aquí a 2030 en comparación con 2020.

 

Las principales formas de lograrlo son las innovaciones en la alimentación de los cerdos y el tratamiento del estiércol. La buena noticia es que ya existen o incluso se están implementando muchas medidas para reducir el impacto ambiental.

 

Para ello, la soja utilizada no debería venir de zonas deforestadas ilegalmente y se debería incrementar el uso de materias primas producidas de forma local. También se propone utilizar más subproductos de origen vegetal en la alimentación, mejoras en la cría de los animales y de las tasas de conversión del alimento.

 

De la reducción total, el 8% provendría de ajustes que ya están en marcha, pero también se propone el uso de energías menos contaminantes y el incremento de la productividad.

 

Se pone como ejemplo el caso de Países Bajos donde la cadena porcina espera reducir la huella de carbono de la carne de cerdo entre un 40 y un 50% en 2030.

 

La alimentación porcina es responsable del 48% de las emisiones de CO2 generadas por la producción porcina. Las emisiones procedentes del estiércol, la energía y la fermentación representan otro 40%. El 12% restante se produce tras la salida de los cerdos de la explotación. Por país, las diferencias son sustanciales.

 

Las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el estiércol se pueden reducir entre un 80 y un 90 % si se limpian diariamente los almacenes de estiércol. Ese porcentaje depende de la técnica utilizada y de la frecuencia con la que se retira el estiércol. Para lechones y cerdos de engorde, existen varios sistemas de vaciado de fosas.

 

Las empresas de raciones ya han estado ofreciendo estrategias así como productos con una menor huella de carbono.

 

Por último, se necesita un sistema transparente para controlar las emisiones de CO2 con ayudas que sean proporcionales al rendimiento obtenido. Después de todo, las modificaciones de las naves porcinas suelen conllevar importantes niveles de inversión. Además, un sistema como ese permitirá un fácil ajuste de las raciones.

 

Fuente: rurales.elpais.com.uy

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