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TGS proyecta duplicar la capacidad de transporte y avanzar con un mega plan de Midstream

Oscar Sardi, CEO de TGS, detalló inversiones por hasta 800 millones de dólares para ampliar gasoductos y desarrollar proyectos de procesamiento en Vaca Muerta.

El potencial de Vaca Muerta obliga a pensar en infraestructura de transporte y procesamiento que acompañe el ritmo de producción. Transportadora de Gas del Sur (TGS) avanza en proyectos estratégicos que buscan no solo garantizar el abastecimiento interno, sino también abrir nuevas oportunidades de exportación y reducir la dependencia de importaciones energéticas.

En el marco de la Argentina Oil&Gas (AOG) 2025, Óscar Sardi, CEO de la compañía, explicó que la iniciativa privada presentada en 2024 es hoy la obra más relevante en carpeta. El plan consiste en potenciar el gasoducto Perito Moreno, que conecta Neuquén con Salliqueló, y así sumar 14 millones de metros cúbicos diarios de capacidad. La obra, que espera aprobación técnica y económica, implicaría una inversión de entre 750 y 800 millones de dólares.

Sardi destacó que la magnitud del proyecto lo convierte en una pieza central para el futuro energético argentino. “Es una obra que se paga sola en un año a nivel país, porque reduce importaciones y genera beneficios fiscales. Estamos reemplazando con recursos propios lo que hoy compramos afuera”, remarcó.

GAS MÁS BARATO Y MENOS IMPORTACIONES

Hoy el Gasoducto Perito Moreno transporta 21 millones de metros cúbicos diarios. Con la ampliación, la capacidad crecería en 14 millones adicionales, de los cuales 12 millones se destinarían a la red de TGS para abastecer el Gran Buenos Aires y otros dos millones llegarían a Bahía Blanca.

Para concretar ese salto, será necesario ejecutar obras complementarias dentro del sistema de transporte, con un monto combinado que supera los 700 millones de dólares. Según el cronograma, los trabajos demandarán 18 meses de ejecución, con la expectativa de finalizarlos antes de 2027.

Más allá de lo técnico, los beneficios económicos son contundentes. Según Sardi, la ampliación permitiría reducir importaciones por 700 millones de dólares anuales y sumar un beneficio fiscal superior a 400 millones, generando un impacto neto de más de 1.100 millones de dólares por año.

El CEO insistió en que estas obras requieren condiciones macroeconómicas estables y seguridad jurídica. “Lo único que pedimos es previsibilidad para poder rentabilizar proyectos de esta magnitud. Argentina tiene recursos, ahora hay que dar las condiciones para atraer inversiones”, planteó.

EL NUEVO SALTO DE TGS EN VACA MUERTA

Además de la iniciativa privada, TGS avanza en un plan de Midstream que busca transformar la forma en que se procesa el gas de Vaca Muerta. Hasta ahora, la compañía invirtió más de 700 millones de dólares en caños y plantas de acondicionamiento. El siguiente paso es pasar del acondicionamiento al procesamiento.

Sardi explicó que hoy el gas rico en líquidos se consume sin procesar, lo que significa una pérdida de valor para productores y para el país. El proyecto en evaluación apunta a procesar 43 millones de metros cúbicos diarios, recuperando líquidos como propano y gasolina. Eso permitiría obtener 8.000 toneladas por día en una primera etapa, que se fraccionarían en Bahía Blanca y se destinarían en gran parte a la exportación.

El plan incluye la construcción de un poliducto de 600 kilómetros para transportar propano, butano y gasolina. En el futuro, también podría incorporar etano, ampliando las posibilidades de exportación hacia mercados como Estados Unidos.

“Argentina no puede seguir perdiendo valor inyectando gas rico sin procesar. Tenemos que dar este salto y empezar a aprovechar al máximo los recursos de Vaca Muerta”, subrayó Sardi.

EL DESAFÍO DE LA INTEGRACIÓN Y LOS PLAZOS CRÍTICOS

Para el CEO de TGS, el verdadero reto no es el financiamiento, sino el ordenamiento y la coordinación de la industria. Según explicó, ya existen acuerdos sobre lugares y diámetros de los caños, y el sector energético avanza hacia un esquema de integración que permita compartir infraestructura y beneficios.

“El proyecto no puede demorarse. Estas obras demandan entre tres y cuatro años, y el límite está puesto en tres. Si no avanzamos hoy, en algún momento se va a limitar la producción de petróleo porque no habrá dónde inyectar el gas asociado”, advirtió.

El tiempo es clave: la producción proyectada de petróleo en Vaca Muerta podría alcanzar entre 1,3 y 1,5 millones de barriles diarios. Ese nivel generará un volumen adicional de gas asociado estimado en 40 a 50 millones de metros cúbicos diarios, lo que obliga a anticipar la infraestructura necesaria.

Sardi insistió en que el sector debe actuar de forma conjunta. “No se trata de competir, sino de integrar proyectos que beneficien al país en su conjunto. Este megaproyecto de Midstream puede ser un ejemplo de integración para la industria argentina”, afirmó.

UN CAMINO DE OPORTUNIDADES PARA EL GAS ARGENTINO

Los planes de TGS reflejan el momento decisivo que atraviesa Vaca Muerta. La ampliación del gasoducto Perito Moreno y el desarrollo de un poliducto para líquidos son piezas complementarias de una estrategia que busca duplicar la capacidad de transporte, reducir importaciones y abrir nuevas exportaciones.

Con inversiones que superan los 1.500 millones de dólares entre ambas iniciativas, la compañía se posiciona como un actor clave en la infraestructura energética. El éxito dependerá de que el país logre consolidar reglas claras que permitan materializar el enorme potencial de sus recursos.

“Lo importante es empezar hoy. El gas argentino tiene futuro, pero necesita infraestructura y decisiones rápidas para que Vaca Muerta pueda desplegar toda su capacidad”, destacó Sardi.

Fuente: mase.lmneuquen.com

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